El caos estalló detrás del escenario en el evento premium en vivo Crown Jewel 2025 de WWE en el Kingdom Arena de Riad el 11 de octubre de 2025, convirtiendo un tiempo de reutilización de rutina posterior al combate en una escena de destrucción total. Momentos después de la impactante victoria de Bronson Reed sobre Roman Reigns en el primer partido de Australian Street Fight, donde Reed cubrió al Jefe Tribal luego de un brutal tsunami en medio de la interferencia de la facción The Vision, el monstruoso australiano estaba celebrando la victoria que definió su carrera. Reed, la potencia de las 330 libras que acababa de ascender al estatus de evento principal, fue acosado por los fanáticos y el equipo en la posición de gorila, izando la bandera de la WWE en alto con una sonrisa sádica. Pero el júbilo se hizo añicos como cristal cuando “La Bestia Encarnada” Brock Lesnar irrumpió a través de la cortina como un tren de carga del infierno, desatando un asalto tan salvaje que dejó a Reed ensangrentado y a todo el Universo WWE tambaleándose en shock.

Lesnar, ausente de WWE TV desde su controvertido no combate en WrestleMania 41 con Gunther en medio de nubes legales en la vida real, hizo un regreso asombroso sin previo aviso. Sin música de entrada, sin pirotecnia, solo furia cruda y primaria. Vestido con sus característicos pantalones cortos negros y rodilleras, la Bestia cargó contra Reed por detrás, atacándolo con un atronador suplex alemán que envió al grandullón a estrellarse contra una pila de cajas de producción. Saltaron chispas cuando el equipo cayó; Los árbitros y la seguridad se pelearon, pero Lesnar era un equipo de demolición de un solo hombre. “¡Apártate de mi camino!” Gritó con su rugido gutural, lanzando un F-5 a un desventurado camarógrafo contra la pared antes de volver su ira completamente hacia Reed. El gigante australiano, aturdido por su combate anterior, se defendió valientemente, conectando un cabezazo desesperado que hizo tambalear a Lesnar, pero fue inútil. Lesnar absorbió el golpe como un tanque, contrarrestando con una serie de rodillazos en el abdomen de Reed, apuntando a las costillas con las que había castigado a Reigns antes.

La paliza se convirtió en pura carnicería. Lesnar levantó a Reed por encima de su cabeza para colocar un F-5 en el piso de concreto, el impacto resonó como un disparo a través de los pasillos. La sangre brotó de la frente de Reed mientras Lesnar lo arrastraba hacia el muelle de carga, suplexándolo sobre escalones de acero robados del ring. “¡Este es mi jardín ahora!” Lesnar gritó, con los ojos enloquecidos por una rabia frenética. Bron Breakker, el aliado de Visión de Reed, se apresuró a intervenir, pero se mordió un tendedero que lo volteó del revés. Incluso Paul Heyman, el Wiseman de Reigns, apareció en escena, micrófono en mano, solo para ser apartado mientras Lesnar continuaba con el ataque. Los equipos médicos llegaron con camillas, pero Lesnar atacó a Reed a través de una mesa de catering cargada de delicias sauditas, esparciendo dátiles y brochetas de cordero en una grotesca fiesta de violencia. ¿El golpe final? Un F-5 salió del muelle de carga sobre una pila de colchonetas debajo, dejando a Reed inmóvil mientras las ambulancias gemían en la distancia.

Los funcionarios de la WWE cortaron la transmisión abruptamente, pero las cámaras de los fanáticos capturaron cada segundo brutal, volviéndose viral instantáneamente con #LesnarReturns y #ReedDestroyed como tendencia en todo el mundo. Los susurros detrás del escenario sugieren que esta emboscada se relaciona con el problema no resuelto de Lesnar con The Bloodline: la alianza de Reed con Breakker había ayudado indirectamente en la caída de Reigns, y la Bestia, siempre conquistadora, huele debilidad. Reed fue trasladado de urgencia a un hospital local con sospechas de conmociones cerebrales, fracturas de vértebras y hematomas internos; No hay un cronograma de regreso, pero las fuentes dicen que tiene “suerte de estar vivo”. Lesnar, desapareciendo en la noche sin decir una palabra, dejó una tarjeta de presentación: una réplica del título de la WWE en el ringside. Triple H, en una escueta declaración, confirmó una investigación pero insinuó “grandes planes” para el regreso de la Bestia.
Este ataque no es sólo una paliza: es una declaración. Lesnar, a sus 48 años, demuestra que sigue siendo la fuerza más peligrosa en la lucha libre, descarrilando el impulso de Reed e inyectando a Crown Jewel un fuego impredecible. Mientras Reigns se recupera de sus propias heridas, ¿el Jefe Tribal buscará venganza o Lesnar acaba de iniciar una guerra entre varios hombres de cara a Survivor Series? La multitud del Kingdom Arena coreó “¡Suplex City!” mucho después de que terminó el programa, pero para Reed, es una pesadilla de la que la recuperación parece imposible. Brock Lesnar está de regreso y el panorama de la WWE se volvió mucho más sangriento. Abróchate el cinturón: el ataque de la Bestia apenas ha comenzado.